jueves, 21 de enero de 2021

Capítulo 33

  D

Cap Roig


Si hay que escoger, me quedo con un invierno glaciar antes de cualquier verano abrasador.
Pero hay que dejar claro que esos días habían puesto a prueba mi resistencia.
Las vistas de esa casa eran....Diosssss, eran excepcionales, extraordinarias....impresionantes.
La había escogido tras una larga búsqueda.
Nada que ver con las vistas. Más bien con su localización. Alejada de prácticamente todo, pero relativamente cerca de todas nosotras.
Apenas 40 minutos nos distanciaban de nuestros domicilios habituales.

X había llegado hacía apenas diez minutos, pero estaba enfrascada en una conversación telefónica.
La veía gesticular mientras hablaba. La cristalera no me dejaba ver bien su cara. No tenía claro si estaba enfadada o tan solo sobre expresaba.
Esperábamos a O.
Su último trabajo la había sobrepasado. Algo común entre nosotras, últimamente.
No estábamos en nuestro mejor momento.

Escuché la puerta exterior.
Tuvo que esperar a que la puerta se abriera del todo para entrar el coche. Pero una vez dentro y con la puerta cerrada, la casa era invisible desde fuera.
Dejé el jardín sobre el mar y pasé por el pasillo lateral que llevaba hasta donde había aparcado.
-Jilouuu Saludé
-Qué pasaaaaa. 
O se había rapado el cabello. Debía estar muriéndose de frío, joder!
-Te abro la puerta del garaje y dejas el maletero del coche lo más cerca posible? Así solo lo empujamos. Asintió y sin mediar palabra subió al coche para hacer las maniobras.
Abrí la puerta basculante, mientras O dejaba el coche justo en el lugar.
O abrió el maletero justo al mismo tiempo que apareció X, con su maleta de Mr Propper.
-Nenasss, todo ok?
-Diría que si. Ayúdanos.
Las tres sacamos al muerto y lo dejamos en el suelo.
Hijodesuputamadre.
Ese yonqui se había encarado con O, sabiendo demasiado. O no había tenido elección.
Tenía que desaparecer.

Primero íbamos a limpiar el coche de O a conciencia. Nadie sospechaba de ella ni mucho menos, pero no íbamos a dejar ningún cabo suelto.
Las tres nos enfrascamos en una limpieza profunda.
Nos llevo más de dos horas a seis manos. Pero quedó perfecto.
Todo esto lo hicimos prácticamente sin hablar. Nuestros cerebros estaban concentrados.

El siguiente paso iba a ser mas complicado.
Así que decidimos tomarnos algo y hacer un pequeño break.
Me tomé una coca cola casi de un sorbo. Ellas prefirieron vino. A mi me da sueño.
Mi mente daba vueltas. El caso es que el cuerpo ya llevaba sin vida bastantes horas, por lo tanto no era posible que la sangre nos manchara. Ya estaría coagulada. Así que la idea de descuartizarlo todo al mismo tiempo no era descabellada sino más bien acertada.
El sonido del móvil de O nos sacó de nuestros pensamientos.
Descolgó, por lo que entendimos que era una llamada de trabajo.
-Si.... claro, no hay problema...en una hora estoy ahí.
X y yo la miramos, esperando una explicación
-La comisaría...tengo que ir...os voy a dejar tiradas. Pero puedo volver luego.
-No para nada. No voy a tardar más de lo necesario para terminar esto. No quiero alargar esto más de lo estrictamente necesario. Lo dije seria. No estaba enfadada. Pero no me gusta que según que cosas duren más de lo necesario. Estaba planeado que lo terminábamos hoy y eso iba a hacer. 
-X y yo nos encargamos.
X me miró y miró a O,   -D y yo lo haremos, vete, tranquila. Si nos pones en marcha el horno te lo agradeceré.
-Claro, lo hago ahora antes de irme. Sus quieru!
Todas sonreímos.
X apuró su copa de vino mientras yo me colocaba uno de esos gorritos para el cabello, uno de esos desechables.
Iba a conjunto con todo el equipo.. incluida una de esas mascarillas de soldador. Siempre me sentía como en Flashdance con una de esas puesta. Podría haber dicho como una forense prestigiosa, pero que queréis que os diga...yo me siento en Flashdance.

Íbamos a utilizar una pequeña motosierra y un cuchillo eléctrico. No iba a ser tarea fácil, lo supimos antes de empezar.  
Habíamos tapado las superficies con plásticos. Dexter nos ha servido de mucho, está claro. No me preocupaba la sangre... más bien los trocitos y astillas que la motosierra haría saltar.
Lástima no estar en Miami, ni tener cocodrilos. Nos hubiéramos evitado todo ese despliegue

Justo empezar nos dimos cuenta de lo necesario de las mascarillas, los trajes y los plásticos de las paredes. Parece que descuartizar a alguien es fácil y limpio... pero nada más lejos de la realidad. Empezamos por las extremidades.
Perdíamos más tiempo cortando, pero menos quemando. 
Seguimos el plano de cómo cortar y a qué altura hacerlo.
Estábamos organizadas y éramos precisas.
No fue fácil, pero lo hicimos.

Había escogido esa casa, porque sus antiguos propietarios eran alfareros... unas vistas inspiradoras y  un horno fantástico para sus piezas.... y las nuestras. Necesitábamos un horno de más de mil grados.
Ahí teníamos uno...Lo dicho, la casa ideal.
Trabajamos concentradas y sin descanso. Colocamos todos los trocitos en cajas de madera y las metimos en el horno. 
Lo creáis o no, habíamos hecho clases de alfarería, con un alfarero de la vieja escuela. Sólo N demostró habilidades para la alfarería, pero las demás aprendimos a poner el horno en marcha, a vigilar las temperaturas y todo lo relativo a las precauciones.

Cerramos la puerta del horno a las tres de la tarde. Íbamos a necesitar unas 5 horas. Teníamos el tiempo justo, o tendríamos que quedarnos a dormir ahí.
Después de marzo de 2020 todo había cambiado. Teníamos toques de queda y restricciones de movilidad. Un puto asco, para que mentir.
-Si calculamos 5 horas, vamos a tener el tiempo muy justo. Lo dije en voz alta pero sin dirigirme a X en concreto. Nos estábamos quitando la ropa. Los trajes, plásticos y complementos habían ido al horno con el yonqui.
X asintió.
-Creo que podrías irte tu, y yo paso la noche aquí. No creo que pase nada, pero por si acaso....
-Si, estaba pensando en los niños. Mejor si yo regreso a casa. A veces olvido que soy madre.

Cada una entró en su habitación solo con la ropa interior. El resto íbamos a tirarlo. Tal vez la ropa interior también...
Escuché como X se metía en la ducha. 
Revisé el teléfono que había dejado abandonado durante demasiado tiempo.
Mensajes
Mensajes
Bfff.
X había terminado y era mi turno.
Me metí bajo el agua caliente reparadora.
Joder.
Qué cansada estaba.
Descuartizarlo había sido agotador.

Me enfundé unos leggins, sudadera y unas ugg.
Cuando bajé X estaba preparando algo de comer.
A X no le gusta cocinar.... una ensalada era lo máximo viniendo de ella.
Para mi más que suficiente.
-Estoy muerta. 
-No estás en forma... se reía la cabrona.
-Que te den!!
Nos reímos.
-He contestado los mensajes de O y N. 
Bua...yo había pasado.
-Les has dicho que las macetas no estarán hasta las 9 de la noche?
-Justamente! jajajajaja
Me tomé un Antalgin con otra coca-cola y mareé un poco la ensalada.
-Oye, me voy a ir, estrás bien, verdad?
-Esta casa es fascinante. Estaré magnificamente y mañana saldré a correr por estos parajes.
-Venga. Cualquier cosa me avisas y estoy aquí en un fly.
-No, O me ha dicho que se pasa mañana a desayunar, y supongo que ya nos iremos juntas.
Miré por la ventana de la cocina.
Mierda
El coche de X estaba detrás del mío.
-Nos cambiamos los coches o hacemos maniobras? La miré sonriente. Estaba tan cansada como yo. 
-Joder D, llévate mi puto coche, yo me quedo con tu tanque... paso de hacer maniobras que no tengan que ver con una cama.
-Estás muerta desgraciada, creo que tampoco estás en forma. Jajajajaja.
-Que te den cabrona!!
Seguíamos riéndonos cuando crucé la puerta.

X tiene un coche pequeño... yo uno enorme... pero lo único necesario para conducir hasta casa lo tenía. Sincronicé mi teléfono al coche. 
Abrí las puertas  y saqué el coche hasta la calle.
Cerré tras de mi. Nada en la calle. La siguiente vivienda estaba unos 500 metros más abajo.
Me puse camino a casa.
Borrando al yonqui de mi mente.
Hotel California empezó a sonar, los Eagles empezaron a cantar y yo con ellos....


...And I was thinking to myself
This could be heaven or this could be hell
Then she lit up a candle and she showed me the way
There were voices down the corridor
I thought I heard them say

Welcome to the Hotel California
Such a lovely place...

Si...a veces cuesta ver la diferencia entre el cielo y el infierno.... el cielo anaranjado me tenía cautivada. 
l'Ampolla, 20 de Enero de 2021





















viernes, 18 de diciembre de 2020

Capítulo 32

 O

Otoño


Abrí un ojo con dificultad.

Me dolía la cabeza horrores. ¿Qué coño había bebido la noche anterior? Por noche anterior entendíamos hacía apenas unas horas. Mierda. 

Me froté la cabeza intentando aliviarme. No lo conseguí. Pero recordé, que mi cabello estaba creciendo sin sentido alguno. Es lo que pasa cuando te rapas a lo loco. En un arrebato. Que sale como le da la gana. Saqué los pies de la cama y me incorporé, quedándome sentada. Por Diosssssss, llegar a la ducha iba a ser todo un periplo.

A duras penas y apoyándome en alguna pared llegué al baño. Calibré la opción de ducharme a oscuras, pero no había suficiente luz. El paso al invierno, antes del cambio de hora, hace que la luz del día no asome hasta las ocho de la mañana. Apenas eran las 7. Así que tenía que soportar la luz o correr el riesgo de lavarme el pelo con el gel íntimo. Me reí yo sola. Si no tenía pelo! Que más daría!

La ducha me sirvió. Conseguí abrir los ojos en su totalidad. La luz brillaba demasiado. Pero tendría que aguantarme. Culpa mía. Me sequé frente al espejo del baño. Joder. Casi no me reconocía. La imagen que reflejaba era de alguien duro e insensible. No lo soy. Pero me gusta aparentarlo, hay que confesarlo. Me hacía caminar más segura...casi imponente.

Regresé a la habitación buscando mi reloj, mis zapatillas... Y ahí estaba ella durmiendo boca abajo. Nunca he conseguido conciliar el sueño en esa posición. Pero es la posición en la que siempre duerme ella. Apacible y tranquilamente. Casi la envidio por eso. Su alarma empezó a sonar...Travis Birds cantaba.... Te vas y como los perros de caza rastrean su presa yo corro detrás.... Dejó sonar la canción, era una de sus preferidas. Confieso que a mi también me gustaba, diría que era de tanto oírla. Pero noté el cambio en su respiración, supe que estaba despierta.

Acerqué mi mano a su cabellera rubia, desparramada en mi almohada. No llegó a ser caricia... fue un roce. Rocé su cabello y su hombro, casi imperceptiblemente. Sonreí. Dios... que feliz me hacía. era una imagen casi idílica. Por eso la rocé. A veces sientes que si tocas algo bello, podrías hacerle daño, ensuciarlo, que se yo.... si, es posible que adorara a esa mujer, más allá de lo que era razonable. Pero... qué es razonable y según quién? Baaaaaaa. Mamadas.                                           Se movió justo a tiempo para ver como me alejaba de la cama. 

-Bfffffffff, ya te vas? Mierda...llego tarde?

Se sentó en la cama, con el cabello alborotado. En su camiseta se leía "The Doors". Esa era sin duda una de las imágenes que mi mente atesoraría.                                                                                 -Seeeeee, es tarde Rubia, para mi, para ti todavía no. Ya sabes, "contra el mal: La hormiga atómica". Tengo que salir a cazar a los malos.                                                                                Sonreí. Me devolvió la sonrisa a duras penas. El tequila pasa factura, está claro.

-Oye O... me prestas ropa interior, verdad?                                                                                       -Claro.... pero prefería quitársela, eso también estaba claro. -Come algo, va a ser un día duro.          - Puaj O, cállateeeeeeee, voy a vomitaaaar.                                                                                     Me reí y cerré la puerta tras de mi. Lluna vino corriendo. Se restregó contra mis piernas y fuimos juntas hacia la cocina. La dejé salir al jardín mientras yo metía una cápsula en la cafetera.

La miré a través del cristal de la ventana. Corría por el césped. Otra con la melena alborotada.  Y si alguien me estuviera viendo desde fuera, todo esto le hubiera parecido un marco de felicidad incomparable.... casi lo era....casi. Puto casi.

Metí el café en un vaso de cartón. Seeee, ahí ya se rompía el puto marco de felicidad. Un vasito de cartón no es comparable a la taza de café humeante entre las manos. Me puse las gafas de sol y cerré tras de mi, dejando a Lluna en el jardín. Habría sido imposible meterla, ni lo intenté. Me senté en el coche dejando el vaso de café en esos circulitos que son propiamente para eso... para eso y para que no hagas un puto desmadre, en el coche, a las 8 de la mañana. Puse en marcha el coche y busqué la canción del despertador. Bajé la ventanilla y salí de mi casa a toda leche. Conducir despacio me aburre.

Canté con Travis. Mal, para que engañarnos.  

Te quiero

De una manera tan extraña que cuando lo cuento
Noto algo sumergido al fondo de mi pensamiento
Que baila conmigo hasta hacerme dormir
Y en sueños te veo
Como una herida abierta inmune del paso del tiempo
Estoy casi desnuda y temo que si me convenzo
Vaya a perseguirte buscando salir
El propio argumento quizá
No sea tan tarde y aún pueda salvarte de la tempestad
Por ti a cucharadas me tomo los restos que puedan quedarte
Te vas
Y como los perros de caza rastrean su presa yo corro detrás
A tierra y barro me cubro cuando te vigilo como un animal
Oculto a la merced del viento
Que lleva por capricho mi lamento

...Y empecé el día sucediendo al día anterior, sin más, como suceden las cosas cotidianas.                  Solo me quedaba deshacerme del cuerpo que estaba en mi maletero. Lo dicho, mi vida no era exactamente un marco de felicidad... ni se le acercaba... 

Te vas
Y como los perros de caza rastrean su presa yo corro detrás
A tierra y barro me cubro cuando te vigilo como un animal
Oculto a la merced del viento
Que lleva por capricho mi lamento




viernes, 7 de agosto de 2020

Capítulo 31

N
Reus

Estábamos como cabras. Estaba claro.
D que en sus momentos de locura transitoria,  nos alentó a todas a hacernos un tatuaje en conjunto. Venga. Yo que no había querido hacerme nunca ninguno, ahí estaba. 
Claro que si....soy empática. Me reí y todas me miraron.
-Me río sola. Ya está, no es lo más loco que hago.
Se rieron.
La primera había sido O, su primer tatuaje.
Todas no tatuábamos en el mismo sitio, la misma palabra.
Después de O le había tocado a X. 
Le seguía A, que justo estaba a punto de terminar.
Un tatuaje de estos se hace en poco tiempo.
La chica que nos tatuaba ya había tatuado a D en otras ocasiones, era simpática.
No se yo si había entendido el por qué de nuestro tatuaje.

-Tu turno!! Me dijo A
Joder.
Pues vale.
Éramos un puto clan.
Extendí la mano izquierda.
La palabra iba en la muñeca.
La chica procedió con la limpieza de la zona. Cambió las protecciones....
-Casi no te va a doler. Solo sentirás los pinchacitos. Si ves que no puedes aguantar, por lo que sea, paramos, descansas y seguimos luego.
-No, no, no. Aguanto, está claro. Claroscuro más bien, pero no se lo diría.
Si ellas no habían muerto yo tampoco.

Los pinchacitos como los había llamado ese ser del averno/tatuadora, dolían, no de morir por ese dolor, pero dolían. Confieso haber tenido un poco de ganas de lanzarle algo...tipo piedra. Pero no. 
Me comporté, total era cosa de diez minutos.
Buaaaa, me encantaba. 
Me sentía super orgullosa de que todas nosotras lleváramos el mismo tatuaje en el mismo sitio.
Buenoooo, exactamente igual no.
D que tiene que ser la puta nota discordante decidió hacérselo en rojo. Ahí ella, sencillita, para pasar despercibida.
Y un poco más grande, que el de las demás le parecía pequeño.
Pero desengañémonos, le quedaba bien, en todos los aspectos.

Le faltaban a D dos letras para terminar cuando mi teléfono emitió un sonido. Una notificación.
Habían encontrado el cuerpo de Marc Santander, en su casa de Pals. 
Hice un pantallazo y se lo pasé a todas.
D nos miró por el rabillo del ojo.
No podía ver la notificación, pero había escuchado como lo recibíamos todas. Le levanté un pulgar.
Las otras sencillamente leyeron la nota y volvieron a guardar los teléfonos.
Menos X. Ella se afanó a contestar a alguien por whatsapp. 
Le contestaron y ella contestó.
Estaba enfada, o molesta, no sabría decirlo.
¿Qué estaba pasando?
Caí en la cuenta que llevaba días sin hablar del poli...
Ptm.
Parecemos tías normales, pero no lo somos. Convivir o tener una relación con nosotras, tal vez no sea tan fácil. 
Estaba paseando la vista por los dibujos de la tatuadora, colgados en la pared.
Me detuve en la imagen de un caballo. Con un fondo de plumas indias.
No me tatuaría nada parecido a eso en la vida, pero el dibujo era muy bonito.
El dibujo me recordó al llanero solitario.
Mierda.
Llevaba días sin quedar con Jordi.
Desengañémonos había pensado en sexo. 
Ow si. 
De hecho había pensado en la fiesta de disfraces, donde nos conocimos.
Sonreí.

Saqué el teléfono del bolsillo trasero de mi pantalón y le escribí un mensaje.
-Oye...sigues teniendo esas botas de cowboy con el sombrero a juego...
Me contestó al momento.
- 😆 ¿Quieres al llanero solitario?
-Siiiiiiii.
-Solo si tu te peinas unas trenzas...
-Hecho!! ¿Nos vemos hoy?
-Claro que si, ¿vamos a jugar a vaqueros?
-Mmmmm, no se...hoy me veo más como Pocahontas. Indios y vaqueros? Con treeeenzaaaassss, que siiiii.
-💓💓

Guardé el teléfono, al tiempo que D se levantaba.
-Hagámonos una foto!! Dijo O, casi chillando.
Las otras pusimos los ojos en blanco, no nos gustan mucho las fotos. 
Pero accedimos.
La criatura del averno, a la cuál dicho sea de paso, ya no odiaba, nos hizo tres, para que pudiéramos escoger  la que  nos diera menos rabia.
-Vamos a tomar algo! La euforia de A, no contagió a D
-Me toca hacer de madre. Ya sabéis que de pronto siento ataques de culpabilidad y siento que soy #malamadre
-Gilipolleces! Soltó X. ¿Quién se atrevería ni tan siquiera a pensar algo parecido?
-Bffffff. Qué te cuento....un hijo de 17 y una hija de 9, egoistamente se atreverían a decir que paso poco tiempo con ellos.
Levanté la mirada como clamando al cielo. #mecagoenlamaternidad

D se despidió de nosotras en la puerta. Se alejó mientras levantaba la mano, haciéndonos el saludo vulcano. La visualice con las orejas puntiagudas y el cabello a lo Leonard Nimoy.  
No pude más que sonreir.
Definitivamente la palabra que nos habíamos tatuado nos identificaba a la perfección...y la llevaríamos a perpetuidad.
WEIRDO
No podía ser otra.

Radiohead volvió a sonar en mi cabeza... pero esta vez, todas ibamos vestidas con los trajes de Star Trek y estabamos en la Enterprise. 
Dios...cuan real era lo de Weirdo.

"But I'm a creep
I'm a weirdo
What the hell am I doing here?
I don't belong here, oh, oh"


lunes, 3 de agosto de 2020

Capítulo 30

A
Pals


Acariciaba a ese animal, que sin miedo ninguno se había postrado a mis pies.
Sentada en ese escalón la vista era impresionante.
Mierda, iba a comprar esa casa. No me cabía duda. Lo supe desde la primera vez que vine.
El mastín me lamió la mano. Me podía quedar también con el perro? De pronto me preocupé por quién heredaría al perro. Quién lo cuidaría....
El sonido del mensaje de X me volvió a la realidad. Me levanté y miré el escalón....no, no lo había tocado.
Dejé al perro en ese marco ideal y juro que hasta me dio un poco de envidia.

Entré en la casa desandando mis propios pasos.... había limpiado todo lo que había tocado.  Repasé mentalmente mientras iba caminando.
Llegué hasta Marc.
Ahí estaba, tumbado en el suelo.
Le miré ladeando la cabeza.
Su expresión era serena.
Murió serenamente?
Bien, como fuera, yacía muerto a mis pies.
Soy la peor de las personas, no solo por haberle disparado a ese hombre, sino por haberlo hecho en la entrada.
Había pensado en ello. El resto de la casa tiene suelos de madera.
Tenía que ser en la entrada.
Iba a comprar esa casa, joder, no quería manchas de sangre en los suelos de madera.
Evidentemente.

Mi imagen se reflejó en el gran espejo que presidía ese hall.
Ptm casi no me reconocí!
Una peluca de cabello negro cortada a la altura del hombro y unas gafas de pasta negras, extra grandes. Esa era yo, hoy.
El caso es que con esta imagen de mi misma y la mascarilla obligatoria en estos tiempos, no había Dios que me reconociera.
-Adiós Marc. 
Si, me despedí del muerto. A veces no soy muy coherente.

Salí con una tranquilidad pasmosa.
Un sensor hizo que la puerta de salida a la calle se abriera a mi paso.
La abrí con el pie y la cerré desde fuera, del mismo modo.
La casa está al final de un camino, sin vecinos, sin nadie que observe. Nadie me vio. Nadie podría decir que yo había estado ahí.
Al principio del camino un coche, X.

Me metí en el coche al tiempo que me quitaba la mascarilla.
-Esto de la mascarilla es una mierda, pero oye, para lo nuestro va de maravilla.
Nos reímos al unísono.
-Todo bien?
-Todo según lo planeado. Ningún contratiempo
Al mismo tiempo saqué el móvil del bolsillo trasero del pantalón para mandarle un "ok" a N.
Empecé a contarle, que iba a preguntar quién se iba a quedar con el perro.
X me dedicó una mirada que no supe descifrar.
-¿ Qué?
-¿En serio vas a comprar esta casa?¿Quieres quedarte con ese perro? Osea, estás segura de poder vivir ahí?
Antes de contestarle lo pensé, la verdad es que ya lo había pensado antes. Desde el primer día de hecho.
-Vivo en mi casa y trabajo en la floristería. Y tan tranquilamente. El muerto de mi casa era MI muerto, y no me impidió seguir viviendo y trabajando ahí....No creo que Marc me importe lo más mínimo. Quiero decir que no me importaba lo más mínimo.
Había matado a David y mi mente lo había borrado por completo. No quedó rastro. Pasé un mes medio zombie y luego fue como si nunca hubiera pasado. Me creí mi propia mentira. Sobreviví. Como no iba a poder vivir en esa maravillosa casa por culpa de Marc? Bahhhhhh. Chorradas.
Mentalmente ya había cambiado medio jardín.
Tenía en mente una colaboración con un colega paisajista, que hacía maravillas.
Que si iba a poder vivir en esa casa? Parfavaaaarrrr

-Muero de hambre. X siempre muere de hambre.
Puse los ojos en blanco.
-Siempre mueres de hambre X. Pero estás a una hora y media de casa....Justo a tiempo para desayunar algo que haya horneado D...
-Joderrrrrttttt. Ya está!! Ya me aguanto y desayuno una carrot cake... de esas que quitan el sentío...
Nos reímos.
Nos quedamos en silencio y subí el volumen de la música.
Iba a hablar con N, la casa necesitaba cámaras.
Bajé el parasol y el espejito me devolvió mi imagen. Oye, el negro no me quedaba tan mal...Podía hacer un cambio drástico...
-X, y si me cambio el look?
Ahora la que puso los ojos es blanco fue ella.
-¿Quieres teñirte de negro? tu?
-Yo que se!!! No me veo tan mal....Tengo un aire a Uma Thurman en Pulp Fiction.
-Si Uma ....si... tu y yo somos más como Travolta y Samuel L Jackson
Nos reímos con ganas.
Busqué la BSO de Pulp Fiction en el itunes.
Misirlou sonó y subí el volumen.
Esa canción te hace pisar el acelerador.
No se si tenía prisa por llegar a casa, o realmente tenía tanta hambre como X y quería llegar hasta la carrot cake.
El caso es que X le pisó....
Y pensé....cuál de las dos sería Travolta?
Me reí sonoramente y esto hizo que X me mirara de nuevo, con cara de pensar que estaba loca, como una cabra.
Intenté explicarle de que me reía, pero desistí.
X susurró: Putaloca
Lo que me hizo reír más todavía.

Y entonces nos quedamos en silencio y empezamos a mover la cabeza al ritmo de la canción, que puse en bucle un par de veces más
Volví a mirarme en el espejo....si, me gustaba esa peluca....iba a pensar en el cambio de look...oww yesss.
Dijera lo que dijera la loca de X, era más Uma que Travolta, estaba claro.
Lo que le dejaba a ella escoger entre Travolta y Samuel.... o Willis... tal vez X era más como Willis.

De fondo escuché a X hablar por teléfono.
Ininteligible.
Antes de dejar que Morfeo me abrazara del todo, anoté, mentalmente, preguntarle a X por su poli.
Me había perdido algo?
Pero eso sería después.
En ese momento hice un OFF en toda regla.
Con la música de The Rebels de fondo y con Uma en la cabeza.








martes, 5 de mayo de 2020

Capítulo 29

Talkeetna
Fairbanks, AK
D
May 4th 2020


Nunca tuve la certeza de que lo conseguiría...pero ahí estábamos.
Cerca de los ríos Chena y Tanana, a los pies del monte Denali.
Nuestra casa es una cabaña de troncos. Cómoda, caliente, segura.
Habíamos llegado en marzo, para pasar nuestras vacaciones, como era costumbre.
El mundo se había vuelto loco durante nuestro retiro. Un virus había conseguido poner en jaque a la humanidad.
Una pandemia a nivel mundial nos había recluido en nuestra cabaña. Un poco más de lo que teníamos previsto.
Estábamos en mayo.
Habíamos dejado atrás la temporada de nieve para dar paso a la de lluvias.
En Fairbanks la mayor parte del año esta nublado.
Duermo fatal, en cualquier parte del mundo, así es que a pesar de que mi teléfono me decía que eran las 4:15 de la mañana/noche, mi cerebro hacía un resumen de datos metereológicos totalmente innecesarios.
Saqué los pies de la cama, mi cuerpo tardó unos segundos más.
Recogí mi cabello en un moño alto.
Caminé descalza hacia la cocina.
Puse en marcha el horno para que se calentara y saque de la nevera la masa, que unas horas antes había dejado levando.
Mi teléfono me recordó: "May the forth be with you"
Sonreí. Hoy sería el día indicado para empezar "The Mandalorian"
Me coloqué los airpods  y You & I de  Scorpions me envolvió.

Separé la masa y di forma a diez bollitos. Los coloqué en la bandeja del horno y mientras esperaba a que levaran de nuevo, preparé chocolate caliente.
Dejé las tazas para los niños en la encimera. Aparté mi taza...iba a llevármela a la terraza.
Lavé todo lo que había ensuciado.
Coloqué los bollitos en el horno, y puse 15 minutos en el temporizador del móvil.
Me calcé mis Ugg y colocándome el plumífero, taza de chocolate en mano, salí a la terraza.
Putofriojoder.
Me tapé con la capucha.
A medida que avanzara el día, la temperatura subiría y pasaríamos a disfrutar de unos diez grados...pero ahora no debíamos llegar ni a 0.
El chocolate caliente a sorbitos era un placer.
Revisé los mensajes de whatsapp.
El mundo empezaba a desconfinarse.
Suspiré.
Volver a la otra realidad me daba mucha pereza.
El temporizador me recordó los bollitos.
Entré para sacar la bandeja del horno, y pillar una de las mullidas mantas del sofá, para volver a salir a la gélida realidad.
Me senté pies en alto y me tape con esa manta/nube.
Amanecía lenta y perezosamente.
Íbamos a disfrutar de luz natural hasta las 22:30.
El sol acariciaba el Tanana.
Mi teléfono sonó.
Era N. Las 3 de la tarde en casa.
-Nenaaaaa... sabía que estarías despierta.... ¿Cómo estáis? 
-Seeeeee, soy genial. Pues bien, la verdad. Esto es un paraíso. No quiero volver. Le mandé una foto del sol rozando al río.
-Buahh, que bonito. No me extraña que no quieras volver.
-En días como hoy no entiendo por que tendría que hacerlo.... (Había sonado melancólica?)
-Tu flipas. Vuelves, porque vuelves, que tu paraíso de troncos, lagos y ríos nos queda lejos que te cagas, joder! 
Me reí al tiempo que me metía en mi casa de troncos.
Me saqué los zapatos y la ropa de abrigo.
Caminaba descalza mientras N iba contándome como estaban las cosas.
Puse las noticias en la tele y me dejé caer en el sofá.
Mecagoenlaputadeoros!!
-Espera, espera, frena N!
-Qué pasa?
-Un cadáver ha aparecido bajo un embarcadero. Mierda, era mi cadáver, estaba segura.
-El tuyo? Lo preguntó como quién ya sabe la respuesta.
-Eso parece.
Se había librado de las ramas y troncos que había pegado a él, en forma de anclaje.
También es verdad que no tenía intención de estar en Alaska hasta mayo....no esperaba encontrarme con esto en las noticias.
-De todas maneras todo sigue según lo planeado... Dicen algo en concreto?
-Nada, lo han identificado, dado que llevaba toda su documentación encima. Van a dar con su cabaña...nada de qué preocuparse. Estaba tranquila.
Los niños ya están despiertos....te cuelgo, tienen que empezar sus clases a las 8...hablamos luego.

Y así empezaba un día más en mi paraíso helado.
Los niños con sus clases online...yo sacando fotos a los bollitos antes de que desaparecieran...los cadáveres apareciendo...
Levanté la cabeza justo a tiempo de que mis ojos divisaran una pareja de alces...caminando tranquilamente junto a nuestra casa...
-Chicos! Mirad! Los niños se acercaron a la ventana, pegando la nariz al frío cristal.
-Mamaaa, qué bonitos son...no me acostumbraré nunca a verlos tan de cerca.
Lo eran.
Ellos también

Justo en ese momento mi cerebro tarareo la intro de STAR WARS....
-Chicossss.....hoy empezamos "The Mandalorian" Lo grité desde la cocina.
La respuesta fue unánime: YEAH YEAH MOM!

Y mi cerebro me recordó la escena entre Han Solo y Leia....
-Te amo.
-Lo se.
Pero en mi mente...Han no era Han... y Leia...Leia era yo....






jueves, 6 de febrero de 2020

capítulo 28

O


¿Que por qué estaba allí?
Sencillísimo.
No era mi zona. Pero quiso el destino que Marquez estuviera enfermo. Tócate los huevos.
Así de sencillo y ohhh puto destino, ahí estaba yo, frente a esa cama ensangrentada.
Todo estupendo.
La noche anterior me había librado a duras penas de esa panda de colgados.
Y ahora tenía que soltar una montaña de gilipolleces a mi compañero. Eso ya no era mentir, era nivel master en mentiras.
Escuchaba la voz de Marcos de fondo.
-... da asco pisar aquí dentro. Esto es claramente un ajuste de cuentas entre esta gentuza....
Aja, pues nada. ¿Podíamos irnos ya?
-O! Estoy flipando! ¿Qué le ha pasado a tu pelo?
Me reí.
-Ayer se me fue la olla y decidí raparme, sin más. Y oye, me veo bastante bien.
Mireia se fijó bien y no pudo más que darme la razón.
-Es verdad, te queda  bien. Menuda ida de olla, nena.
No lo sabes tu bien, alma candida.

Mireia se agachó frente al cadáver del hombre.
-Qué pieza era este cabrón
-Seee, eso estaba diciendo yo. Convino Marcos.
Asentí.
A ver como les decía que me parecía una pérdida de tiempo estar allí. Que ese gilipollas estaba mejor muerto y que me importaba una mierda, quién era la tía que había muerto a los pies de esa puta cama. Estaba muerta antes de estar muerta.
Las cicatrices de los pinchazos abarcaban sus brazos y sus pies. La imagen post mortem de ambos era un poema.
La mujer, de no haber estado tan deteriorada habríamos podido decir que era guapa. Seguramente lo fue en otra época....prácticamente en otra vida.
Marcos atendió una llamada de teléfono y Mireia y yo nos quedamos ahí, de pie, mirando los cuerpos.
-A veces me preocupa lo de perder sensibilidad frente a estas situaciones, frente la muerte.
Lo dijo sin apartar la mirada de los cadáveres.
Me giré a mirarla.
-A mi me preocupa más perder la sensibilidad frente a la vida. Casi diría que su muerte seguro que le da paz a muchas personas.
Me miró y asintió, antes de volver la mirada a los cuerpos.
-Nos vamos?
-Pues no veo que más podemos hacer aquí. Así que nos fuimos de esa habitación dónde el aire empezaba a faltar.

Al salir a la calle, justo en la acera de enfrente estaba la mano derecha del muerto.
El desgraciado que casi me pilla la noche anterior.
No creí que pudiera reconocerme.
De hecho no noté que se fijara en mi, más de lo necesario.
Estando ahí, en medio de esa situación rocambolesca sólo atiné a pensar en mi chaqueta.
Con un poco de suerte seguiría en ese puto contenedor.
Pero Marcos me sacó de mi elucubración.
-El de la chaqueta verde, el que está en la acera de enfrente, es el segundo del muerto. Creo que estaría bien que O y yo nos acercáramos a charlar con él. Mireia asintió.
Joder lo bien que me estaba yendo el día. Estupendamente era poco.
Pues nada, a hablar con esa perlita.

Nos acercamos al tipo, que ni se inmutó. La policía no le ponía nervioso, eso estaba claro.
-Juan, a tu jefe no le ha ido nada bien....
El susodicho arrugó la nariz, pero no soltó palabra.
-¿Qué puedes contarnos?
-Nada. Ni puta idea de qué ha pasado aquí, pero os puedo asegurar que quién haya sido, lo pagará. Y como si así firmara la sentencia de muerte del asesino, escupió con desdén.
Asesina, en realidad.
-Juanito, ¿nadie vió nada? Siempre estabais pegados a su culo, era un puto paranoico. No puede ser que nadie viera nada.
-Una mujer. Fue una mujer.
A tomar por culo.
-¿Una mujer? Preguntar quién tenía algo en su contra sería una estupidez, no?
Juan sacó una media sonrisa con dientes mellados incluidos.
-¿Qué sabemos de esa mujer? Venga Juan, échanos una mano.
-De alta como yo....pelo rizado. Creo que morena...
-¿La habías visto antes?
-No. Ya te he dicho que no tengo ni idea de qué va esto.
Juan estaba siendo sincero, pero a Marcos no se lo parecía. Marcos quería que Juan le diera algún dato más. Yo no pensaba que eso fuera posible.
Le hice una señal con la cabeza, para que lo dejáramos ahí.
Marcos asintió.
-Juan, si sabes algo me llamarás verdad?
-Aja.
Seee, estaba claro que lo haría, seguro.
Mientras nos alejábamos Marcos soltó un bufido.
-Bfff, una tía? A ver si no han sido ellos mismos y ahora nos cuentan eso para despistarnos.
Marcos tiene la absurda teoría de que las mujeres no son asesinas por naturaleza.
Aja.
Ni le contesté. A mi que Marcos tuviera esa teoría me beneficiaba enormemente.

Fuimos directos al coche.
Mireia me llamó.
-Dime.
-Todos parecen coincidir en que la asesina es una mujer.
Nomejodashostiaputa
-Eso mismo nos a contado Juan. Aunque también podrían estar mintiendo. Con esta gente, uno no sabe qué pensar. Está claro que prefieren solucionarlo ellos. No veo que quieran cooperar.
-Si, eso también podría ser. Bueno, vamos a darle tres vueltas a ver que sacamos en claro y vemos a qué punto llegamos.
Colgué el teléfono y Marcos me dio la razón. Por suerte.
Se lió a darme una larga explicación. Mi única respuesta fueron varios: mmmm, aja, mmm.
No tenía yo la cabeza para mucho más.
Le mandé un mensaje a N, para contarle lo maravilloso del  día.
-Tranquila, seguro que esos colgados no te reconocerán.
-No, yo tampoco lo creo. Veremos como avanza la investigación. Hablamos luego.

Llegamos a comisaría y me encerré en el baño.
Qué puta pereza tenía.
Estaba cansada, tenía sueño y quería desaparecer bajo las sábanas de mi cama.
Y mi cabeza que va por libre, en medio de todo el lío que tenía, evocó a Sandra.
Saqué el teléfono y le mandé un mensaje.
-Rubia. ¿Qué tal tu día?
Respondió casi al segundo.
-Bastante bien.  Qué hay del tuyo?
Una puta mierda.
-Lo normal en la vida de un policía. ¿Nos vemos luego?
-¿Me echas de menos? y un sin fin de corazones.
-Siempre rubia, ya lo sabes.
-Te espero en tu casa, ok?
-Ok! 
Sandra era una vía de escape estupenda.
Era mi vía de escape.
Y estaba claro que la necesitaba.
Sólo tenía que aguantar un par de horas más con los ojos abiertos.

Salí del baño para ir directa a la máquina de café.
¿Las drogas seguían siendo ilegales?
Joder.
Qué difícil le ponen las cosas a una. Tendría que conformarme con el horrible café de esa puta máquina.
Sonreí.
-O, qué guapa estás cuando sonríes!
Puse los ojos en blanco.
-Si estoy seria me convierto en el jorobado de Notredam?
Rafa se rió con ganas.
-Qué rancia eres. Eres guapa siempre. Hasta rapada. Si decides probar con los hombres, me avisas?
-Si decido probar con los hombres, intentaré que no sean gilipollas! Así que quedas descartado.
Se fue riéndose a carcajadas.

Me senté en mi silla, bueno en realidad la de Marquez,  crucé las piernas y clavé la mirada a la pizarra que Marcos y Mireia habían empezado a montar.
Ahí frente a mi, en medio de las fotos de los muertos, escrito en rotulador rojo:
MUJER, BLANCA, 1.75, CABELLO RIZADO
Estaba por añadir:
RANCIA, BORDE, QUE NO SABE RESPIRAR MIENTRAS CORRE Y CON ESPECIAL PREDILECCIÓN POR LAS RUBIAS.
-Se te ocurre algo más... Me preguntó Mireia con el puto rotulador rojo en la mano.
-Mmmmmnaaaaa. Bueno, apunta....este café es un puto asco.
Y esa iba a ser toda mi aportación a esa pizarra.
Miré el reloj del fondo de la sala.
Solo tenía que aguantar una hora y media más....
Bfff












jueves, 9 de enero de 2020

Capítulo 27

O
El puto culo del mundo


Estaba corriendo.
Cómo alma que lleva el diablo.
Cómo si no hubiera un puto mañana.
Joder, el aire no me llegaba a los pulmones.
Mierda.
Bajé la velocidad.
No tenía dónde esconderme.
Debía seguir corriendo.
El aire me quemaba.
Anoté mentalmente la necesidad de que alguien me enseñara a respirar mientras corría.
Vale tenía que parar o moriría.
Pasé justo al lado de un contenedor de ropa usada. Iba  a morir de asco, pero tenía que hacerlo.  Disparé al cierre trasero de ese contenedor. El silenciador evitó el ruido del disparo...la bala al tocar el metal emitió un ruido, casi imperceptible. Me saqué la chaqueta, dispuesta a cambiar mi ropa por cualquier cosa que encontrara en el interior. Pero estaba casi vacío. Iba a necesitar dieciséis duchas para superar eso, pero me metí dentro. No tenía otra opción. Mis pulmones no iban acorde con mis piernas.
Me acurruqué en el interior y cerré la entrada.
No iban a encontrarme ahí.
No iban a buscarme ahí.
Escuché la moto, pasar y alejarse.
Joder.
Esperé.
Sabía en que parte de la ciudad estaba, pero no conocía las calles, ni tenía idea de cómo librarme de esa difícil situación.
Sintiéndome a salvo, momentáneamente, saqué el móvil. El maps me indicó dónde estaba. En el puto culo del mundo. No dijo eso evidentemente. Pero si tuviera que marcar esa localización sería, seguro, con ese nombre.
Mierda.

Tenía que centrarme en salir de esa zona.
Mandé un mensaje a  X, para que me recogiera en una calle donde poder salir fácilmente.
Íbamos a tardar lo mismo en llegar, ella en coche y yo caminando.
Se había terminado el correr.
Divisé un gorro de esos de lana, de los de la bolita.
Recogí mi cabello debajo.
Me saqué mi biker negra. No lloré de milagro.
Me encantaba esa chaqueta, pero no había más remedio.
La cambié por una  chaqueta de lana, cargada de mierda.
X me mandó un mensaje. Tardaría 15 minutos  a partir de ese momento.
Abrí la portezuela de la caja. Nadie.
Salí.
Cerré como si nada hubiera pasado.
Caminé pegada a las paredes de los edificios. Tranquila, caminando, pero alerta, sin bajar la guardia.
Nadie en las calles.
Sólo un par de gatos.
Llegué al punto de recogida antes que X.
Me resguardé en un portal.
Ni coches, ni motos.
Todo parecía tranquilo.
Vi las luces de un coche de lejos, tenía que ser X.
Di dos pasos hacia adelante, para que me viera y avanzara.

Supo que era yo.
Se detuvo justo enfrente.
Subí al coche en cero coma.
Diossssss.
-Joder O, esto ha salido mal, verdad?
Mierda.
-Mal resulta un eufemismo para describir lo de hoy.
-Pero está muerto... X me miraba de reojo mientras conducía, alejándome de esa noche horribilis.
-Lo está. Pero casi me pillan. Un casi muy casi, me entiendes?
Silencio.
-Estaba acompañado, verdad? Ese capullo...
-He matado a alguien más. Había una chica con él y no he podido dejarla con vida. Chillaba cómo Lara Fabian cantando el puto Adagio. Joder, joder, joder.... ella ha alertado a su escolta de yonquis. Nunca pensé que esos tíos, puestos de todo, corrieran tanto. Y yo, bufff, mierda. 
-Apestas O, donde coño te has metido? Se río.
-No sabes la puta gracia que me hace. En un contenedor de ropa usada. He dejado mi biker allí y voy a necesitar  una ducha con agua a presión e hirviendo.
-Te dejo en casa y lo hablamos mañana? Estarás bien?
-Si. Ya estoy mejor.
X me miró de soslayo. Mis pintas debían decir lo contrario.
Pero no dijo nada, no me llevó la contraria y sencillamente subió por el camino privado que lleva a mi casa.
-No metas el coche, ya me bajo aquí. 
Mandé un mensaje a N dando el ok. Puto ok, lo que me había costado.
Levanté la vista y la mirada de X seguía ahí.
-Estoy bien, de verdad. Mañana habré reseteado y lo de hoy será un mal recuerdo, nada más.
-Vale, ningún dato que debamos saber, nada que debamos arreglar?
Negué con la cabeza.
Fue limpio.
-Hasta mañana X. Y le sonreí
-Báñate O.... se rió.

Vi como su coche se alejaba y se cerré la puerta de mi casa tras de mi.
Crucé el jardín con singular lentitud.
Eché un ojo a la piscina.
Tecleé la contraseña que abría la puerta.
Entré directa a la cocina. Saqué una bolsa de basura grande de uno de los cajones.
Metí dentro toda la ropa que llevaba.
Cogí una copa de vino y una botella del primer vino que pillé.
Enero y hacía un frío del copón, pero salí a la piscina.
En pelotas.
Con un par.
Dejé la copa y la botella en el borde.
Tengo un cobertizo lleno de toallas, bañadores, bikinis y churros piscineros.
Me puse uno de los bañadores y me lleve un par de toallas, que dejé al lado de la botella de vino.
Me tiré al agua y me puse a nadar. Poco a poco fui liberando mi mente. No se si por el frío, por el cansancio....pero mi mente quedó en blanco. Paré justo enfrente del vino.
Descorché la botella y me llené la copa.
Lo probé. Confieso que no entiendo de vinos. Pero este estaba bueno. Me bebí esa copa y la siguiente sin pestañear.
Tengo una piscina de esas infinitas.
Subí al borde y me tapé con las toallas. Iba a pillar una pulmonía, fijo.
Ahí estaba yo, mirando hacia ese infinito, copa de vino en mano. Si, otra.
Visto desde fuera, debería de ser una imagen casi idílica. Puto casi, hay que ver lo mucho que jode.

Coloqué mi cabello enrollado en una toalla.
Iba a cortármelo. Qué coño, iba a raparme.
Mañana.
Por hoy ya había tenido suficiente.
Me metí en casa y con el vino como única compañía me metí en la cama.
Me bebí lo que quedaba en la botella, antes de cerrar los ojos.
Iba a dormirme en tres minutos.... y así fue...pero en esos tres minutos, me dio tiempo de ver la cara de la chica, tirada en el suelo.
Joder.
Y después de eso, en mi mente graciosa empezó a cantar Lara Fabian.
Por raro que pudiera parecer...me reí.

El mundo se iba, claramente a la mierda...o ya estábamos en ella....
Cual Scarlett O'hara, me dije a misma que ya pensaría en ello mañana....
Y mi mente le dió a ese OFF, que tanto necesitaba.